La Justicia dominicana a prueba, el pueblo clama justicia para los asesinos

Santo Domingo.- El hallazgo de tres cadáveres de jovencitas asesinadas en hechos macabros, a sus tempranas edades de entre los 16 y 18 años, ha dejado un estado de perturbación en una población que ha visto estos hechos “en un estado de shock”, ya que los creía propios de una película, o de una buena novela de ciencia ficción.
Emely Peguero
Asombro, indignación, rabia, reclamos de justicia, duelo, dolor y luto, han cubierto por completo a comunidades como Cenoví, en la provincia Hermanas Mirabal; Rincón, de La Vega, y Nigua, de San Cristóbal, con la muerte violenta de tres de sus hijas. 

Al día siguiente del asesinato de  Emely Peguero, la señora  Marlin Martínez ordenó a una  empleada que le entregara 100 mil pesos a un tal Boli, residente en  Moca,  un hecho que el Ministerio Público considera que fue  el pago para trasladar el cuerpo  desde donde lo había arrojado su hijo, Marlon Martínez.
Es que los asesinatos de Emely Peguero, de 16 años; Dioskairy Gómez, de 18; y Rosalinda Yan Pérez, de igual edad, han minimizado los ficticios hechos violentos de la premiada película española “Tarde para la ira”, al ser superados por escenas reales que han dejado al descubierto la naturaleza de “muchos jóvenes de hoy”.

Entre la tarde del jueves y primeras horas de este viernes se produjeron los descubrimientos de los violentados cuerpos de estas tres jovencitas, reportadas desaparecidas por sus familiares.

Mientras el país se sumaba, por diferentes vías, al reclamo y desesperación de Emely Peguero Polanco, por su ausencia, tras haber salido con su novio, Marlon Martínez, y su cuerpo era buscado por todos los rincones de las provincias Hermanas Mirabal, Duarte y Moca, otra mala noticia sorprendió a los dominicanos.

Entre unos matorrales en El Can de Sierra Prieta, Fantino, provincia Sánchez Ramírez, fue encontrado un cadáver en llamas.

 Según Sánchez, un abogado de Marlin intentó negociar con el Ministerio Público la entrega del cuerpo a cambio de la exclusión de esta en el caso, y como la entidad no quiso, ella procedió a dar orden de cambiar el cuerpo de lugar por tercera vez.


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